miércoles, 26 de diciembre de 2012

Inauguración del retablo lateral “del Año de la Fe” en la iglesia concatedral de Belén de Escobar y entronización de la imagen del Apóstol San Pedro.

El Obispo Mons. Oscar Sarlinga llamó a a recuperar el sentido del “anuncio natalicio”, en sentido de las nuevas creaturas que somos por la gracia y asimismo “el profetismo de la esperanza”, sin la cual la Iglesia y la sociedad quedarían inermes.
Siguiendo un pedido del Obispo Mons. Oscar Sarlinga, la feligresía de la iglesia concatedral de la Natividad del Señor en Escobar (diócesis de Zárate-Campana) ofrendó un hermoso y artístico retablo (o “altar lateral”), obra de un reconocido artista en madera de cedro, donde el mismo Obispo entronizó el sábado 22 de diciembre la venerable e insigne imagen de San Pedro, del siglo XVIII, la misma que acompañó la eucaristía de apertura diocesana del Año de la Fe, el 12 de octubre en Nuestra Señora del Pilar, ante millares de fieles. Junto a la sagrada imagen fueron puestos en valor unos relicarios que desde muy antiguo estaban destinados a la iglesia de la Natividad, con las reliquias autenticadas del Padre apostólico (y obispo) San Timoteo, y de otros santos. Mons. Oscar Sarlinga procedió a la bendición del nuevo retablo y de la imagen del Apóstol, después del saludo inicial, luego de lo cual se dio la procesión hacia el altar mayor, y siguió con la oración colecta. En la homilía el Obispo hizo referencia a la fe, la fe en el aspecto subjectual de “adhesión de toda la inteligencia y de todo el corazón”, y también en su dimensión de “contenido de la fe que la Iglesia nos propone para creer”, y que hemos de profundizar, principalmente con el Concilio Vaticano II y con el Catecismo de la Iglesia Católica” –dijo-. Refiriéndose al Concilio, dijo que el día de su apertura, el 11 de octubre de 1962 se celebraba la fiesta de María Santísima, Madre de Dios y que por eso el Papa Benedicto XVI, en su convocatoria al Año de la fe, se lo confió a la Virgen, y para ello peregrinó a Loreto, a la Santa Casa, pues la Virgen María brilla siempre como estrella en el camino de la nueva evangelización”. Exhortó también a recuperar el sentido del “anuncio natalicio”, en sentido de las nuevas creaturas que somos por la gracia y de cómo el Señor naciente nos hace “renacer en Él”, y asimismo “el profetismo de la esperanza”, al que ve, dijo Mons. Sarlinga, como un componente revitalizador para la nueva evangelización al que nos llama la Iglesia, y sin el cual, “tanto la misma Iglesia como la sociedad quedarían inermes”. La Santa Misa fue televisada en directo por el Canal Provincial y el Canal de Escobar. La sagrada imagen del Apóstol San Pedro que fue entronizada es una de las pocas del mismo con que cuenta la diócesis, puesto que las hay, a excepción de la de Escobar, expuestas a la pública veneración sólo tres, en la ciudad de Campana, dos de la capilla de San Pedro en el barrio de Villanueva habiendo sido, la ubicada junto al altar, proveniente de la catedral de San Isidro (según documento de donación). La tercera imagen de San Pedro, junto con la de San Pablo, está en la actual parroquia de Nuestra Señora de Luján y de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, en Campana (luego de haber estado en el Seminario diocesano, cuando funcionó en la ciudad, hasta el año de su cierre, en 2001). Actualmente en el Seminario (en Campana) no hay estatuas sino dos imágenes pictóricas que representan a los Apóstoles. También citó el Obispo algunos aspectos de la homilía del Papa Benedicto XVI para la apertura del Año de la fe en Roma, los cuales pueden encontrarse en: ,http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2012/documents/hf_ben-xvi_hom_20121011_anno-fede_sp.html Y en: http://www.annusfidei.va/content/novaevangelizatio/es.html En especial se refirió al parágrafo en el que el Papa Benedicto afirma que el Año que ese día inauguraba “ (…) está vinculado coherentemente con todo el camino de la Iglesia en los últimos 50 años: desde el Concilio, mediante el magisterio del siervo de Dios Pablo VI, que convocó un «Año de la fe» en 1967, hasta el Gran Jubileo del 2000, con el que el beato Juan Pablo II propuso de nuevo a toda la humanidad a Jesucristo como único Salvador, ayer, hoy y siempre. Estos dos Pontífices, Pablo VI y Juan Pablo II, convergieron profunda y plenamente en poner a Cristo como centro del cosmos y de la historia, y en el anhelo apostólico de anunciarlo al mundo. Jesús es el centro de la fe cristiana”. Y asimismo, reafirmó Mons. Sarlinga, aludiendo al Concilio Vaticano II, que el Papa mencionó en dicha homilía que (…) «el supremo interés del Concilio Ecuménico es que el sagrado depósito de la doctrina cristiana sea custodiado y enseñado de forma cada vez más eficaz… La tarea principal de este Concilio no es, por lo tanto, la discusión de este o aquel tema de la doctrina… Para eso no era necesario un Concilio... Es preciso que esta doctrina verdadera e inmutable, que ha de ser fielmente respetada, se profundice y presente según las exigencias de nuestro tiempo» (AAS 54 [1962], 790. 791-792). Así decía el Papa Juan en la inauguración del Concilio”. De la Santa Misa presidida por Mons. Oscar Sarlinga concelebraron los Pbros. Mauricio Aracena, rector, Albino Cabral, cura párroco, Nestor Villa y Carlos Bertone, vicario parroquial. El coro de jóvenes de la parroquia engalanó la celebración, al término de la cual se tuvo un gesto, similar al reciente en la iglesia catedral de Santa Florentina, de la luz de la paz de Belén, de la pastoral scout de la comisión católica de la asociación civil Scouts de Argentina.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Fue inaugurada y bendecida la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, en el Barrio "24 de febrero" (ó Barrio "Fonavi") de Garín (partido de Escobar)


Ese populoso barrio, de más de 6.000 habitantes, es el extremo geográfico de la diócesis de Zárate-Campana, al lado de Pablo Nogués (diócesis de San Miguel) y perteneciente a la localidad de Garín, en la jurisdicción de la parroquia de Jesús Misericordioso, confiada a los PP. Discípulos de Jesús y de San Juan el Bautista. El párroco es el R.P. Salatiel, dj.
Nuestro Obispo Mons. Oscar D. Sarlinga concurrió para las festividades de Nuestra Señora de Guadalupe, donde una multitud de fieles acompañó ese momento, con una procesión, con la Santa Misa en la cual fue bendecida e inaugurada la nueva, espaciosa, hermosa iglesia, que es motivo de satisfacción y alegría para la numerosa feligresía católica del lugar.
Gracias al tesón, sacrificio y ejemplar trabajo de la gente del barrio, acompañada por su cura párroco, el P. Salatiel, y otras personas, la iglesia ha podido ser dedicada para los fines para la que el propio pueblo la quería, manifiestamente, y que eligió el nombre de “Nuestra Señora de Guadalupe”, siendo que antes el salón se llamaba “San José Obrero”, el cual permanece como segundo patrono. El Barrio en el que se ubica es el "24 de Febrero", también llamado Barrio "FONAVI" perteneciente al partido de Escobar, el cual se encuentra servido por escuelas de educación primaria e industrial, centro de salud, polideportivo, destacamento policial y campo de deportes. Su nombre original era Barrio "1 de Mayo" y fue inaugurado en 1985. Luego se le cambio el nombre a "24 de Febrero" por ser este el día del mecánico y el Barrio había sido adjudicado a los trabajadores del gremio de SMATA.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Fiestas de la Ssma. Virgen Maria que se celebraron en la diócesis.


El Obispo celebra el 8 de diciembre a las 19.30 en la parroquia de Nuestra Señora de Luján y San José Obrero, deZelaya, Pilar
Mons. Oscar Sarlinga celebrará la misa principal de la Inmaculada Concepción en la parroquia de Nuestra Señora de Luján y San José Obrero, en Zelaya, partido de Pilar. Inaugurará un monolito en el que se atestigua que “en los parajes de Zelaya” se produjo el milagro del detenimiento de la Virgen de Luján, sin especificar predio o lugar fijo. El monolito está ubicado junto a la iglesia parroquial por el sencillo hecho de ser la parroquia católica que abarca la entera zona.
La parroquia erigida el 8 de mayo de 2009, habiendo sido antes una capilla dependiente de la parroquia de Santa Rosa de Lima, de Villa Rosa, cuando se llamaba “San José Obrero”. Es administrador parroquial el Pbro. Ariel Penín.
El adjunto del título de Nuestra Señora de Luján se debe a razones históricas, ya que según investigaciones históricas del eximio historiador dela Virgen de Luján, Mons. Juan Presas, ha sido en los parajes de Zelaya dondese produjo “el milagro” de la detención de la carreta que traía la sagrada imagen de la Santísima Virgen, que se venera en el Santuario Nacional de Luján desde que allí fue transportada en procesión solemne por el entonces obispo de Buenos Aires, el clero y el pueblo. En su apreciación sobre los hechos históricos, monseñor Sarlinga remite a las investigaciones de monseñor Presas y no pretende efectuar apreciación alguna de valor acerca de cuál de los dos lugares cercanos que dicen ser el punto exacto de la detención de la carreta fuera el correcto. Antes bien, el Obispo ha dicho que “lo principal para la fe de nuestro pueblo no radica en el lugar exacto en que hubiera podido realizarse el hecho prodigioso, aunquedestacó lo interesante y apasionante de la investigación histórica, sino en que la imagen auténtica es venerada desde siglos en el Santuario de Luján, ‘alma del pueblo argentino’, y que Ella quiso quedarse con nosotros, a través de esa ‘humilde Imagen de la Pura y Limpia Concepción’. Según manifestó monseñor Sarlinga, “el haber adjuntado el nombre de la Virgen de Luján a la nueva parroquia obedece a razones pastorales, al pedido del sacerdote a cargo y de los fieles, y a la factibilidad histórica de haber estado la sagrada imagen algún tiempo en esas inmediaciones, o al menos el haber pasado por allí en su recorrido desde Buenos Aires al Norte”.
Procesión Náutica en el día de la Inmaculada Concepción. Preside las celebraciones religiosas Mons. Ariel Pérez.
El 8 de diciembre, parte del puerto de la Ciudad deCampana una procesión náutica encabezada por la Imagen de la Nuestra Señora Stella Maris hasta la escuela Nuestra Señora de las Islas, perteneciente al obispadode Zárate-Campana, ubicada en la intersección del canal Alem y el Rio Carabela. En torno a las 09.00 del día 8, en la Inmaculada Concepción de la Virgen María, zarpa del puerto de la Ciudad de Campana la procesión náutica que se realiza todos los años para ese día festivo en honor de nuestra Madre. Como de costumbre, a partir de las 08.00 los fieles comienzan a congregarse en el puerto esperando el arribo de la Imagen de Nuestra Señora bajo la advocación de Stella Maris. Dicha imagen pertenece, desde 1963, al Sindicato de Obreros Marítimos Unidos de Campana, a quienes se los invitó este año para llevar la imagen durante la procesión. Una vez llegada la imagen, se procede a su entronización en uno de los barcos y se da inicio al recorrido náutico. Durante la procesión, que se llevó a cabo por el Canal Alem y el Río Carabelas, los fieles rezaron el rosario y entonaron cantos a la Virgen. La misma fue transmitida por canal 68 Banda Marina y en ocasiones por FM Santa María.
El lugar de arribo es el Centro de Formación Profesional Nº 402 Nuestra Señora de las Islas. Al llegar las embarcaciones, la Imagen de Nuestra Señora es recibida por centenares de personas provenientes de diferentes sectores de las islas, así también como por alumnos, padres y personal de la institución, miembros del S.O.M.U, prefectura naval y fieles dela ciudad de campana, en su mayoría, que se habían trasladados al lugar para esta ocasión, muchos de ellos en las diferentes embarcaciones antes mencionadas. Arribada la Imagen se procede a otra peregrinación, pero esta ya no náutica, sino terrestre, que parte del muelle del Centro de Formación Profesional hasta la Imagen de Nuestra Señora de las Islas que se encuentra en un eucalipto nonagenario. Culminada la procesión se celebra la Santa Misa.
Inauguración de la iglesia de “Nuestra Señora de Guadalupe” en el Barrio 24 de Febrero – Fonavi, de Garín
El día 12 de diciembre, en la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe (a las 19), el Sr. Obispo Mons. Oscar Sarlinga concurrirá al popular barrio “Fonavi” de la localidad de Garín, partido de Escobar (perteneciente a la jurisdicción parroquial de “Jesús Misericordioso”, confiada a los Discípulos de Jesús y de San Juan Bautista) donde inaugurará, bendecirá y dedicará al culto católico la nueva capilla, que había sido comenzada en terrenos que desde tiempo atrás habían tenido distintas dificultades para poder ser utilizados con libertad por la parroquia propietaria, y que gracias al tesón, sacrificio y ejemplar trabajo de la gente del barrio, acompañada por su cura párroco, el P. Salatiel, y otras personas, ha podido ser dedicada para los fines para la que el propio pueblo la quería, manifiestamente. Ya antes también habían dedicado sus mejores esfuerzos en un itinerario de la consecución del predio, y del comienzo de edificación, y de la solución de diversas dificultades que fueron surgiendo, los Padres Pablo Iriarte y también, antes aún, el P. Eduardo Mussato, junto con las sucesivas comisiones. La gente del barrio eligió el nombre de “Nuestra Señora de Guadalupe”, siendo que antes el salón se llamaba “San José Obrero”, el cual permanece como segundo patrono. El Barrio "24 de Febrero", también llamado Barrio "FONAVI" perteneciente al partido de Escobar, el cual se encuentra servido por escuelas de educación primaria e industrial, centro de salud, polideportivo, destacamento policial y campo de deportes. Su nombre original era Barrio "1 de Mayo" y fue inaugurado en 1985. Luego se le cambio el nombre a "24 de Febrero" por ser este el día del mecánico y el Barrio había sido adjudicado a los trabajadores del gremio de SMATA.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Creación de una nueva parroquia en Maquinista savio.


El Obispo dijo que el Sagrado Corazón de Jesús es el “centro de irradiación misional” de la Iglesia.
El Obispo de Zárate-Campana subvididió el territorio de la jurisdicción parroquial de la Inmaculada Concepción, de Maquinista Savio, creando la nueva parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en la amplia franja entre la autopista Panamericana y las vías férreas del ferrocarril Gral. Mitre, con una población aproximada de 30.000 habitantes y habiendo sido prácticamente concluido por obra de la parroquia madre y en especial del cura párroco, Mons. Justo Rodríguez Gallero, el hermoso y espacioso templo (aún sin inaugurar de manera definitiva, aunque desde meses al servicio del culto, por necesidad de terminación de algunos cerramientos) así como los salones pastorales y la vivienda sacerdotal. El Obispo diocesano, que entronizó también la imagen del Sagrado Corazón, ya venerada en la capilla anterior, recibió también otra bellísima imagen del mismo, de manos de los sacerdotes de la iglesia concatedral de Escobar, que pidieron fuera destinada a los “gestos misioneros” de la nueva parroquia.
La nueva parroquia del Sagrado Corazón de Jesús es la octava creada desde 2006 por Mons. Oscar Sarlinga, después de San Luis Gonzaga (de Manzanares, Pilar), Nuestra Señora de Luján y Santos Apóstoles Pedro y Pablo (de Campana), Jesús Misericordioso (de Garín), Nuestra Señora de Luján y San José Obrero (de Zelaya, Pilar), San Manuel Mártir (de La Lonja, Pilar), Nuestra Señora de la Paz y San Francisco de Asís (de Pilar) y Nuestra Señora de Fátima (en el Bajo de Zárate).
La autopista Panamericana (ramal Escobar hacia Buenos Aires) separa, precisamente, la zona de Ingeniero Maschwitz-centro de la zona de esa localidad (que pertenece al partido de Escobar) hacia el ferrocarril y el partido de Pilar, siendo trescientos metros los que separan las vías férreas del límite entre ambos partidos y estando la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción (de Maquinista Savio) exactamente en la acera de la calle donde comienza el partido de Pilar, siendo éstas razones que provienen del boom demográfico de la región, donde 40 años atrás apenas si había un poblado.
En efecto, el domingo 18 de noviembre el Sr. Obispo diocesano Mons. Oscar Sarlinga puso en posesión de la mencionada nueva parroquia del Sagrado Corazón de Jesús al Pbro. Alfredo Meóniz, con gran participación de fieles laicos, religiosos, religiosas, muchos jóvenes, 20 sacerdotes y seminaristas del Seminario “San Pedro y San Pablo”, en el flamante templo homónimo, en la arriba explicada nueva jurisdicción parroquial, que abarca los barrios de Lambaré y Doña Justa, así como Amancay, de la localidad de Ing. Maschwitz, partido de Escobar. Mons. Oscar Sarlinga estuvo acompañado por Mons. Justo Rodríguez Gallego, cura párroco de Maquinista Savio, por Mons. Ariel Pérez, vicario general, Mons. Santiago Herrera, rector y provicario, por los párrocos de parroquias vecinas, como Ing. Maschwitz-centro (San Antonio de Padua), Pbro. Guido Helfensheim, y sacerdotes de los distintos decanatos. Una nutrida participación del barrio Amancay, que cuenta con la capilla de la Medalla Milagrosa, se hizo presente, así como de otros barrios de esa zona en continuo crecimiento demográfico. La nueva parroquia, además del bello y espacioso templo parroquial, cuenta también con la mencionada capilla de la Medalla Milagrosa, en el populoso barrio de Amancay, y la antigua capilla del Sagrado Corazón, que ahora cedió su nombre al nuevo templo parroquial y aguarda aún ser titularizada y bendecida como tal, permaneciendo como la segunda capilla barrial de la nueva jurisdicción.
La entera zona, que encuentra sus orígenes más remotos en 1686, cuando el Teniente Francisco de Pereyra adquirió la primera de las fracciones donde hoy se ubican el Country Maschwitz, Barrio Los Ñanduces, Los Nogales, Los Naranjos, Acacias Blancas, Lambaré y Doña Justa de Ing. Maschwitz, actualmente está muy poblada, y pertenecía hasta la creación de la nueva jurisdicción parroquial, a la parroquia de la Inmaculada Concepción, de Maquinista Savio. El límite entre la nueva parroquia y la parroquia madre fue fijado en las vías del ferrocarril (Ferrocarril General Bartolomé Mitre)) del Ramal Victoria – Capilla del Señor.

Mons. Oscar Sarlinga recibe la luz de la paz proveniente de Israel.


Las diócesis de Zárate-Campana, la cual comprende los partidos de Zárate, Campana, Escobar, Pilar, Exaltación de la Cruz, San Antonio de Areco y Baradero, recibirá el próximo sábado 1 de diciembre "la Luz de la Paz de Belén", una iniciativa promovida en el país por los Scouts de Argentina, y que persigue ayudar a vivir el tiempo de preparación a la Navidad y trabajar por la paz internacional. Se trata de una iniciativa surgida en 1986 y que llegó a la Argentina en 2010. La Luz fue encendida por un rabino de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en la Basílica de la Natividad de Belén de Galilea, en Israel. Desde allí fue traída a la Argentina donde se distribuyó en la Conferencia Nacional de Pastoral Scout Católica, de Scouts de Argentina Asociación Civil.
La intención del símbolo es ayudar a vivir el tiempo de preparación a la Navidad, así como trabajar, en y desde la Luz de Cristo, por la paz internacional.  Mons. Oscar Sarlinga, Obispo de Zárate-Campana, recibirá "la Luz" en la catedral de Santa Florentina, en la ciudad de Campana, previa portación del fanal con la lumbre encendida en Tierra Santa por las calles aledañas al templo catedralicio, y acompañado por sacerdotes y fieles laicos con velas, candiles o faroles, representando la luz que llega desde la Gruta de Belén. Este gesto de la Luz de la Paz de Belén proviene originariamente de una iniciativa de la Radio Televisión de Austria (ORF) surgida en 1986, la cual, a través de los scouts y guías de ese país, y de distintos países de Europa y otros continentes, han comenzado desde entonces a "redistribuir la Luz de la Paz de Belén", encendida por un niño o niña austríaco en la gruta del Nacimiento de Jesús en Belén, Israel. 
Acerca de la temática simbólica y a la vez realista de la "luz", Mons. Oscar Sarlinga hizo alusión en su carta pastoral para el inicio del Año de la Fe, que tuvo lugar en Pilar el 12 de octubre pasado: "Jesucristo es Luz; la fe nos abre la puerta a su misterio, resumido por San Agustín con una bellísima expresión, cuando afirma: "(...) aquello que para los ojos del cuerpo es el Sol que vemos, lo es (Cristo) para los ojos del corazón" ; esta luz, dijo el Obispo, "es necesaria para renovar nuestros corazones", renovar la sociedad entera, a la manera como dijo Dios en la Escritura: "Yo les daré un corazón nuevo..." (Ez 36, 26), y la promesa  del "corazón nuevo" -acotó el Obispo Sarlinga- se cumplió de modo máximo en el Corazón del Hijo del hombre, que llama a todos, sin excepción, a todo el "pueblo mesiánico" (la expresión es del teólogo Yves Congar) a "la luz de la paz, a la de una civilización nueva, la civilización del amor".
En la Argentina, la Comisionada Diocesana de Pastoral Scout Católica MS María Pía Sernani, recibió la luz en esa oportunidad y desde entonces la trae para ser repartida a todas las asociaciones, movimientos, instituciones y personas que lo deseen con el objetivo de distribuirla por todos los rincones de la diócesis de Zárate-Campana.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Día Nacional del enfermo

Pastoral de la salud abre sus brazos al doliente
La pastoral de la salud, cuyo delegado episcopal es el Rev. Diác. permanente Pedro Bruno, ha formado un equipo interactivo a nivel diocesano y ha realizado una tarea informativa y de aliento en las diversas parroquias de la diócesis, numerosos de cuyos representantes participaron de la misa del domingo 11 de noviembre, a las 17, en la iglesia criptal de catedral Santa Florentina, presidida por nuestro Obispo Mons. Oscar y concelebrada por Mons. Ariel Pérez, vicario general, y Mons. Edgardo Galuppo. 
Numerosos agentes pastorales, también familiares de enfermos que son atendidos en la pastoral, agentes de la pastoral del duelo, y de otras áreas afines, así como un numeroso grupo de jóvenes, dieron pie a la primera celebración en común desde que se repusiera la “delegación de pastoral de la salud”, este año con el lema propuesto por la comisión del episcopado: “Vendar los corazones rotos” (del profeta Isaías).

sábado, 17 de noviembre de 2012

Ecos fotográficos de la Misión Joven en Zárate

Todas éstas fotos y más podés verlas en:
 
  
 
  
  
  
 
 
 
 
  

martes, 30 de octubre de 2012

Cientos de Jóvenes fueron Confirmados en Zárate-Campana - La Comunidad de Lima (Zárate) realizó su Misión Popular.


En esta segunda quincena de octubre han sido muy numerosas las celebraciones del sacramento de la confirmación, en especial en Pilar (Nuestra Señora del Pilar), Escobar (Belén de Escobar), Baradero (varios turnos en la iglesia de Santiago el Apóstol, ya del centro parroquial, ya alumnos de la Obra educativa de Baradero, o del colegio “San José”), en la iglesia Catedral de Santa Florentina de Campana, Lima (Zárate) y la barriada de la vicaría de Caacupé (en Presidente Derqui, partido de Pilar). En este orden, el viernes 26 ppdo. nuestro Obispo Mons. Sarlinga confirmó a muy numerosos jóvenes alumnos del colegio “Santo Tomás de Aquino”, de Campana, en la iglesia de Santa Florentina, el sábado 27 por la mañana hubo confirmaciones, nuevamente, en Santiago el Apóstol, y fue delegado el Pbro. Atilio Rosatte.
Parroquia San Isidro Labrador, de Lima.
El día domingo 28 Mons. Sarlinga concurrió para la clausura de la “misión popular” en Lima, partido de Zárate, donde el cura párroco, Pbro. Javier Portillo, organizó dicha misión en una pequeña ciudad como Lima, que ha experimentado un gran crecimiento, en especial de obreros y de inmigrantes. El grupo misionero recorrió casa por casa y familia por familia de ese pueblo, lo cual se trasuntó en un acercamiento de mucha gente que recuperó su práctica católica. Las confirmaciones tuvieron lugar el domingo 28 por la mañana, en dos turnos, a las 9.00 y a las 11, en ambos cuales el Obispo administró este “renovado Pentecostés” a cantidad de jóvenes. Por la tarde del mismo domingo, Mons. Sarlinga concurrió a la barriada de Caacupé, en pleno Presidente Derqui, epicentro de la presencia de hermanos y hermanas paraguayos y descendientes, donde administró el sacramento de la confirmación a un grupo de jóvenes y adultos, preparados por el P. Dino Baldán, SDB, y las hermanas del Niño Jesús, presentes en zona en inserción pastoral. Esa misma tarde se tuvo una nueva ronda de confirmaciones en Ntra. Sra. del Pilar (delegado, Pbro. Jorge Ritacco) y celebración en San Antonio de Areco, en la parroquia de San Patricio, donde el delegado, Pbro. Hugo Lovatto confirmó a alumnos del colegio “San Antonio” de dicha ciudad. En el renovado Pentecostés que son las celebraciones del sacramento de la confirmación, revivimos la gran fiesta de Pentecostés, en la que la liturgia nos hace revivir el nacimiento de la Iglesia, tal como lo relata san Lucas en el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 2, 1-13).

miércoles, 24 de octubre de 2012

Visita de Mons. Juan Miguel Ferrer Grenesche


El día 13 de octubre llegó a nuestra diócesis Mons. Juan Miguel Ferrer Grenesche, habiendo visitado por vez primera la ciudad de Belén de Escobar, donde, a las 16.30 el Obispo diocesano, Mons. Oscar Sarlinga bendijo las nuevas instalaciones del salón, junto con la restauración realizada, del gran salón parroquial, llamado “San Eduardo, Rey y confesor”, en razón de su festividad, ese día. El amplio salón, que fue separado de las oficinas del centro de gestión administrativa y de la JuREC, así como de las aulas de catequesis, y dotado de los modernos complementos para su finalidad, incluso con la restauración del escenario, es utilizado también con fines diocesanos.
El mismo día 13 Mons. Ferrer inauguró con su conferencia acerca de la Liturgia el uso el renovado salón, con una concurrencia que completó su espacioso ámbito. Junto con muy numerosos laicos, participaron algunos sacerdotes, entre los cuales el Pbro. Albino Cabral, cura párroco, y el Pbro. Mauricio Aracena, rector, y también algunos seminaristas, religiosos y religiosas.
Al término de las conferencias, Mons. Ferrer presidió la eucaristía en el templo concatedralicio de la Natividad del Señor. Luego de sendas visitas a la iglesia catedral de Santa Florentina y a la ciudad de San Antonio de Areco, el martes 16, Mons. Ferrer concurrió al Seminario diocesano “San Pedro y San Pablo”, donde en el aula magna, tuvo una óptima conferencia acerca del espíritu de la Liturgia, y el culto eucarístico, ante todos los seminaristas, los formadores, y varios sacerdotes y laicos alumnos y allegados al instituto de estudios “San Pedro y San Pablo”, anexo al Seminario.
El Sr. Obispo estuvo también presente al inicio, y luego para la segunda conferencia en el Seminario, y asimismo en la cena fraterna que Mons. Ferrer compartió con todos los seminaristas.

Don Juan Miguel Ferrer Grenesche nació en Madrid el 29 de mayo de 1961. Tras efectuar sus estudios de Teología en el Instituto Teológico de San Ildefonso de Toledo, y en el Pontificio Instituto Litúrgico San Anselmo de Roma, donde obtuvo el doctorado en Sagrada Liturgia, recibió la ordenación sacerdotal en Toledo, el día 5 de octubre de 1986, siendo nombrado Director del Secretariado Diocesano de Liturgia. En Roma también obtuvo la diplomatura en Arte Sacro.
Junto a la dirección del Secretariado Diocesano de Liturgia fue también Director de la Casa Sacerdotal de Toledo entre los años 1991 y 1994. Desde este año ha sido profesor de Liturgia en el Instituto Teológico San Ildefonso, de Toledo.
Gran parte de su ministerio sacerdotal lo ha ejercido como Rector del Seminario Mayor San Ildefonso, siendo arzobispo de la sede primada don Francisco Álvarez Martínez.
En el año 2000 fue nombrado Capellán Mozárabe de la S. I. Catedral Primada y, en el 2001, canónigo del Excmo. Cabildo. Don Antonio Cañizares Llovera lo nombró vicario general de la diócesis (2002) y Vicario Episcopal para Asuntos Económicos y Ecónomo Diocesano (2007).
En la actualidad, don Juan Miguel Ferrer Grenesche es vicario general y ecónomo diocesano de la archidiócesis de Toledo, y párroco de la parroquia de Santo Tomé. Es, además, miembro del Excmo. Cabildo Primado. Ha sido consultor de la Comisión Episcopal de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española y, el pasado 22 de abril, fue nombrado por el Papa Benedicto XVI, consultor de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. En 2006 recibió el nombramiento de Capellán Magistral de la Soberana Orden Militar de Malta.

jueves, 18 de octubre de 2012

La Diócesis de Zárate-Campana y su apertura del Año de la Fe


Tal como se había anunciado, el Obispo de Zárate-Campana, Mons. Oscar Sarlinga hizo apertura del Año de la Fe, para la diócesis, el día viernes 12 de octubre. Una multitud asistió a la celebración, parte de la homilía se puede ver aquí. En los días previos, como se había comunicado desde el secretariado de comunicación institucional, el Pastor diocesano dedicó, con fecha del 8 de octubre, concluida la Misión Joven en Zárate, “una carta pastoral al tema de la fe, recordando la importancia del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica, teniendo en cuenta las circunstancias específicas de la porción de fieles a él confiada” y que se enmarca en la aceptación de un consejo emanado por la Congregación para la Doctrina de la Fe. El Año de la Fe, indica la nota de la Congregación de la Fe, “será una ocasión para dar mayor atención a las escuelas católicas, lugares privilegiados para ofrecer a los alumnos un testimonio vivo del Señor, y cultivar la fe con una oportuna referencia al uso de buenos instrumentos catequísticos.+
Cf “La diócesis de Zárate-Campana se apresta para iniciar el Año de la Fe”, en:
El 12 de octubre El Obispo exhortó en la Eucaristía a “ser pilares de esperanza”. En Pilar es tradicional que mucha gente se congregue para el día de los actos cívicos y religiosos, pues en la fiesta patronal de Nuestra Señora del Pilar se celebra también el día de la ciudad y partido, siendo día feriado, con participación de muy numerosas personas, familias, jóvenes, instituciones.
Imagen de Nuestra Sra. del Pilar durante la procesión
La preparación de conjunto entre el Municipio y la Parroquia incluyó una serie de eventos y el día jueves 11, en las “primeras vísperas”, con la inauguración del VIII Salón Anual de Arte Fotográfico del Foto Club Pilar en la Casa de la Cultura de Pilar (Rivadavia 370). Se vieron unas 200 obras (elegidas entre más de mil) distribuidas en las secciones monocromo, color, naturaleza, travel, creativa, ensayo y monocromo analógico.
El viernes, las actividades comenzaron a las 8.30 con un acto central en la Plaza 12 de Octubre, seguido por el tradicional desfile. El Obispo estuvo presente en el desfile, invitado por las autoridades municipales, y también concurrieron el cura párroco de Nuestra Señora del Pilar, Pbro. Jorge Ritacco, y el cura párroco de Nuestra Señora de las Gracias, el Pbro. Fernando Crevatin.
A las 16, cuando se iniciaron las celebraciones religiosas, partió la procesión con la venerada imagen de Nuestra Señora del Pilar, desde el Monumento de los Bomberos (Tucumán y Chacabuco) hacia la iglesia matriz, donde estaba preparado un gran palco que hiciera las veces de “presbiterio”, junto a la plaza “12 de octubre” dada la notable participación de la feligresía, pilarense y de distintos partidos y ciudades de la diócesis, para la Apertura del Año de la Fe, en la misa de las 17, presidida por Mons. Oscar Sarlinga y concelebrada por decenas de sacerdotes, y a la que asistieron 10 diáconos permanentes, y todos los seminaristas del Seminario “San Pedro y San Pablo”, quienes tuvieron que seguir la celebración desde dentro del atrio del templo, puesto que ya no había espacio en el palco mencionado. Asistieron el intendente municipal, concejales, autoridades municipales, y representantes de distintas instituciones pilarenses.
En la misa de las 17 fue tal la asistencia de fieles que cubrían toda la cuadra y buena parte de la plaza, hasta el monumento. Muchos jóvenes, tantos provenientes de la “Misión Joven” que tuvo lugar en Zárate, y numerosas familias.
A las 18.30, frente al templo, la plaza siguió llena para participar del festival artístico, que culminó con la actuación de música católica de Daniel Poli, y cerró a las 22 con repique de campanas y el reingreso dde la imagen de la Ssma. Virgen a la iglesia parroquial.
Ofrecemos a continuación el resumen hecho por AICA de la carta pastoral de Mons. Oscar Sarlinga y a continuación su texto completo.
Zárate-Campana (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Zárate-Campana, monseñor Oscar Sarlinga, dirigió una carta pastoral a los fieles de la diócesis en la que los invitó a “navegar mar adentro”. Además, aseguró que la convocatoria del Papa “constituye un gesto profético, fiel y magnánimo” que redundará en muchas gracias “si estamos confiados”. Con un tono cordial y amistoso, el obispo señaló que “muchos signos nos movilizan a ver cómo Dios está actuando en nosotros, en nuestras comunidades y en nuestras vidas”. Además, aseveró que “la misma Iglesia es consciente de los desafíos de la difusión que la fe ha de afrontar hoy”.
Monseñor Oscar Sarlinga, obispo de Zárate-Campana, dirigió una carta pastoral a los fieles de la diócesis con motivo del inicio del Año de la Fe, en la que los invitó a “navegar mar adentro”. Además, aseguró que la convocatoria del Papa “constituye un gesto profético, fiel y magnánimo” que redundará en muchas gracias “si estamos confiados”.  “Como vuestro obispo y amigo, los invito a través de estas líneas a ponernos a navegar, y navegar mar adentro, tal como nos exhortaba el papa Juan Pablo II”, expresó el prelado, para quien el Año de la Fe constituye un “gesto profético, fiel y magnánimo”. “Si estamos dispuestos, abiertos y confiados a la obra del Espíritu, recibiremos gracia tras gracia para la consumación de nuestra fe”, añadió.  Con un tono cordial y amistoso, el obispo señaló que “muchos signos nos movilizan a ver cómo Dios está actuando en nosotros, en nuestras comunidades y en nuestras vidas”. Además, aseveró que “la misma Iglesia es consciente de los desafíos de la difusión que la fe ha de afrontar hoy”.  “Con convicción, con humildad, los invito también a experimentar y valorar cómo la Iglesia nos abraza en este Año de la Fe. ¿Tendremos la osadía de pedir fortaleza para adentrarnos más y más en este camino testimonial?”, inquirió monseñor Sarlinga, a la vez que aseguró que el camino de la fe prosigue “pese a todas las cosas negativas que ocurren, y que importan menos si en lugar de condenar las tinieblas encendemos la luz”.  “La fe pascual sigue iluminando e iluminará mientras prosigan los tiempos hasta que trascendamos ‘el tiempo’ ”, rescató monseñor Sarlinga, quien también citó el pasaje de San Lucas en que Jesús pregunta: “Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?”. En lo concreto, el obispo animó a ponerse al servicio de la evangelización y aprovechar este período para profundizar en las enseñanzas del Catecismo de la Iglesia Católica, “auténtico fruto del Concilio Vaticano II”. El prelado también rescató la figura de la Virgen María, que “es, en cierto sentido, roca de piedad, de misericordia, y nos lleva a la fidelidad a la Iglesia, a ayudar a construirla, especialmente para con quienes más lo necesitan, sufren y esperan que Dios les muestre las bienaventuranzas prometidas por Jesús”. Asimismo, destacó que “dos grandes testigos” como San Pedro y San Pablo “acompañarán el Año de la Fe”. “A ellos les confiamos nuestro seminario diocesano, que lleva su patronazgo, y les suplicamos sus intercesiones”.  “Una última palabra deseo para todos nosotros en este año: que seamos instrumentos de la paz de Cristo y que nos dejemos reconciliar por Dios. En este mundo no abunda la piedad ni la clemencia, y puede que suceda también en los ambientes donde nos toca existir. Pero donde haya odio, pongamos amor. Hagámoslo creyendo en la eficacia de la ‘novedad’ cristiana”, destacó. +
Luego de la “Misión Joven” en Zárate, de la que participaron 500 jóvenes misioneros estables, más numerosos que se incorporaron en alguna de las jornadas, y muchas familias, más los sacerdotes de la Pastoral de Juventud, el Seminario “San Pedro y San Pablo” y el Obispo, comenzó en la ciudad de Pilar la peregrinación de la imagen auténtica e histórica de Nuestra Señora del Pilar, que ha sido llevada a recorrer barrios, capillas, centros pastorales, asilos de ancianos y lugares alejados del centro.
De tal modo, con sentido misionero, en consonancia con la Misión Joven Diocesana, como “discípulos y misioneros”, la comunidad diocesana realizó en cada parroquia una preparación mariana para la apertura solemne del Año de la Fe, que realizó el Obispo, Mons. Oscar Sarlinga, el día 12 de octubre, en la solemnidad de Nuestra Señora del Pilar (Pilar).
Ese día 12, luego de una serie de actos que comenzaron a las 9.00, tuvo lugar la procesión con la imagen de Nuestra Señora del Pilar y la participación de la gente de los diversos barrios, con concentración previa popular en calles Tucuman y Chacabuco, a las 16,00.
La Santa Misa con apertura solemne del Año de la Fe, presidida por el Obispo, Mons. Oscar Sarlinga, a las 17, y concelebrada por los sacerdotes de la diócesis, contó con la presencia de una sagrada imagen de San Pedro, símbolo de la fe católica, del siglo XVIII, con el libro que representa a sus dos cartas y las llaves en su mano. El cuadro que representa a San Pablo, y que recorrió las parroquias en el Año Paulino, y ante el cual se encendió “la llama votiva de la Fe” en la clausura de dicho Año Jubilar, será traído para la celebración, junto con una reliquia insigne del Obispo San Timoteo, a quien Pablo escribió: “he combatido el buen combate, he conservado la fe”. Las ofrendas de la Santa Misa se dedicarán enteramente a las obras de caridad social para con los niños sin hogar.
- Proseguirán actos festivos, a las 18,30, seguidos de un evento de música cristiana, con participación de la juventud, hasta la noche.

Carta pastoral del Obispo de Zárate-Campana, Mons. Oscar D. Sarlinga, con motivo del inicio del Año de la Fe
Queridos hermanos y hermanas, con amor en Cristo les dirijo estas líneas, tan cercanos ya a la apertura del Año de la Fe
“Puerta” de la fe hacia Jesucristo, a la vez Luz y Camino
Jesucristo es Luz; la fe nos abre la puerta a su misterio, resumido por San Agustín con una bellísima expresión, cuando afirma: “(…) aquéllo que para los ojos del cuerpo es el Sol que vemos, lo es (Cristo) para los ojos del corazón” [1] . A la vez, el mismo Cristo, Luz de las gentes, de los pueblos, nos abre la puerta de la fe y nos llama a la perfección del Padre (Cf Mt 5,48). Entonces, los invito a orar, para “ver”, pues viendo el crístico llamado a la perfección, comprenderemos también cómo el Año de la Fe nos incentiva a redescubrir nuestro sentido de pertenencia y nuestra vinculación con la Iglesia, y con el Papa, al cual, en la persona del Apóstol Pedro, del cual es sucesor, ha confiado el ministerio de la unidad eclesial de todos los miembros y su “tensión hacia” la humanidad toda, en el llamado a la evangelización (Cf Mt 16, 18 ss; Lc 10, 16;7). Será una manera en que asumamos mejor, más profundamente, nuestra misión de ser luz y sal, en un mundo, en un entorno humano que las necesita, aunque no siempre lo hace consciente.
El Santo Padre Benedicto XVI, quien nos ha convocado al “Año de la Fe” con la carta apostólica “Porta fidei”, para un encuentro con Jesucristo y el contemplar la belleza de la fe en Él, realiza la apertura solemne el 11 de octubre, en el quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II. En unión con él, nosotros, como diócesis, haremos la apertura el día 12, en la festividad de Nuestra Señora del Pilar, e iniciaremos, con toda la Iglesia, un itinerario de fe, que culminará el 24 de noviembre de 2013, en la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, el “autor y consumador de nuestra fe” (Heb 12,2). En ese itinerario nos ayudará a todos el profundizar en el Catecismo de la Iglesia Católica, como «auténtico fruto del Concilio Vaticano II» . Ya en la dimensión catequética de las actividades en la diócesis, en la “Misión joven” anual, que tanta alegría nos trajo al corazón, y en todo el apostolado, hemos asumido revitalizar el itinerario de vida desde las enseñanzas del Catecismo.
Los signos de los tiempos están, dirijámos nuestra atención a ellos. Muchos signos nos movilizan a ver cómo Dios está actuando en nosotros, en nuestras comunidades, en nuestras vidas. El realismo de la esperanza (la teologal) nos hace ver, “esperanzadamente” todo lo que hay de “maravilloso y dramático” en los tiempos en que nos toca vivir, en el “hoy concreto”. La Iglesia misma es consciente de los desafíos que la difusión de la fe ha de afrontar hoy, siempre vigente, como lo está, la pregunta que el mismo Cristo nos ha formulado, a los hombres de todas las épocas: «Cuando vuelva el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?» (Lc, 18, 8).
Como vuestro Obispo, Pastor, amigo, les hablo, y saben que lo digo de corazón porque podemos afirmar que nos conocemos, cuando nos acercamos a los 7 años de este “caminar juntos” en esta diócesis, luego de mi servicio anterior como obispo auxiliar. Con este espíritu, que tantas veces hemos compartido en nuestros consejos, asambleas, congresos, encuentros, celebraciones, los invito a través de estas líneas, a “mirar más allá”, a mirar “hacia el mar”, a fines de ponernos a navegar, y “navegar mar adentro” tal como nos exhortaba a hacerlo el bienaventurado Papa Juan Pablo II, cual programa para todo el tercer Milenio.
Con convicción, con humildad, los invito también, hermanos y hermanas, a experimentar y valorar cómo la Iglesia nos abraza en este Año de la Fe, muy especialmente, de modo tal que la fe pascual (es decir, la fe de la comunidad pascual, que somos) nos disponga con efusión de gracias divinas a transitar un camino personal y pastoral “en Aquél que es el Camino”. Esa fe pascual nos ilumina para un Camino que durará tanto como el “tiempo de la Iglesia”, e imprime también en nosotros una fuerza sobrenatural, proveniente de lo Alto, y por ello dadora de una fortaleza testimonial, irradiante, incluso hasta el martirio. ¿Tendremos la “osadía” de pedir fortaleza para adentrarnos más y más en ese camino testimonial?.
Porque ese camino prosigue, y prosigue pese a todas las cosas negativas que ocurren, importa menos, si en lugar de condenar las tinieblas (aunque sabiendo que existen) encendemos la luz. La fe pascual sigue iluminando, en continuidad, e iluminará mientras prosigan los tiempos hasta que trascendamos “el tiempo”. Nuestras solas fuerzas no bastarán. Sólo la fe puede hacernos vencer el amor a nuestras seguridades humanas, el apocamiento, el instalamiento o incluso la perniciosa acedia (dicha “pereza”, pero habría que profundizar más en lo que significa “acedia”). El orar de verdad nos dará fuerzas para dedicar nuestras vidas a esa “civilización del Amor”, por los más pobres, los excluidos, por la educación promotora del ser humano, por la justicia que sane la sociedad desde dentro, por todas las iniciativas verdaderas en pro de la dignidad humana.
La fe nos hace ver que abrazar la “Cruz pascual”, da entrada (abre puerta) en nuestra vida a “la humilde victoria” (Cf 1 Jn 5,14) de vivir en el Espíritu, victoria tan desproporcionada, por otra parte, respecto de nuestra pobreza humana. Sólo la fe puede darnos la fortaleza, la constancia, la perseverancia, la paciencia, para estar dispuestos siempre y en todas partes a “responder” (con el intelecto, con la vida, con el testimonio) a quien nos pida razón, causal, origen, de esa esperanza (aun contra toda “esperanza humana”) que habita en nosotros y que de nosotros ha de irradiar (Cf 1 Pe. 3,15). Es muy importante que cada uno de nosotros, cada uno según su vocación y elección, quiera “responder”, esto es, hacerse “responsable”.
Puerta de la fe y la fidelidad para las obras del Amor
La fe nos da el poder ser fieles, nos hace amar la fidelidad. El Año de la Fe, el segundo convocado por un Pontífice en la historia (habiendo sigo el primero el Año de la Fe de 1968, convocado por S.S. Paulo VI) constituye, pienso, un gesto profético, fiel y magnánimo (palabra que proviene de “alma grande”) puesto que, si estamos dispuestos, confiados y abiertos a la obra del Espíritu, recibiremos gracia tras gracia, para la “consumación de nuestra fe”, la que poseemos, o aquella cuyo aumento imploramos.
¿O no hemos pensado que nuestro testimonio de fidelidad también ayuda a confirmar en la fe a nuestros hermanos? (Cf Luc. 22, 32). La fidelidad es al Amor, como se manifestó Dios a Moisés (Cf. Ex. 3, 14); y Dios es Amor, como nos lo enseña el Apóstol Juan (Cf I Jn 4, 8).
No tengamos miedo (¡recordemos la primera exhortación que nos hiciera Juan Pablo II al salir, como Papa, a la balconada de San Pedro, y asimismo la primera llamada que, en la misma circunstancia, nos hiciera Benedicto XVI!) . Recibiremos gracia tras gracia para profundizar en el “contenido de la fe” que la Iglesia nos propone para creer. Recibiremos gracias para crecer en la fidelidad al Depósito della fe (Cf 1 Tim. 6, 20), ese “depositum” cuyo dinamismo interior moverá nuestras conciencias a profundizarlo, a redescubrirlo como fundamento viviente que podrá dar expansión a nuestra “fe puesta en obra” (el “credere in Deum, de San Agustín).
En lo concreto, en lo práctico de nuestras vidas, me lo digo y los exhorto al mismo tiempo, pongamos cada día más nuestro ánimo, fundados en Cristo, Redentor del hombre, al servicio de la evangelización (de la “nueva evangelización”), y de la “civilización del Amor”. Y esto con ese sentido de “invitación profética”, a la que se refirió el mismo Papa Benedicto, precisamente aludiendo a su predecesor mencionado, cuando destacó “(…) su invitación profética, muchas veces propuesta, a renovar el mundo perturbado por inquietudes y violencias, mediante “la civilización del amor”[2]. Así, como vemos, la fe es “puerta” y “abre puertas” para anunciar el Evangelio “a toda creatura” (Cf Mc 16, 15). Nuestra opción por la Misión, nuestros gestos diocesanos misioneros, y la dimensión misionera de toda nuestra pastoral, más que obras nuestras, son manifestaciones de esa gran “Puerta”.
Fe, esperanza, significa  también hacer un acto de confianza. Abrimos la puerta de la fe para ver la Epifanía del Padre, Jesucristo, el Sol de Justicia, quien nos llama a habitar también nosotros, misteriosa y participativamente, “en una luz inaccesible” (Cf 1 Tim. 6, 16), la cual, lejos de aislarnos, nos ilumina, vivifica, protege y guía, porque lo hace con la Iglesia, la germinación y primicia del Reino de Dios, por medio del cual continúan, en la trama de la historia humana, la obra y los dolores de la Redención, y que aspira a su consumación, en la gloria[3]. Mientras tanto, esa luz “resplandece en el rostro de la Iglesia”[4] , la cual tiene como misión hacernos partícipes del Misterio de la Muerte y Resurrección de Cristo, en la gracia del Espíritu Santo, que le da vida y acción [5]. La Iglesia santa nos da los sacramentos que emanan de la plenitud de Cristo [6]; si una “no-plenitud” hay , no es que la haya en el “misterio de unidad” de la Iglesia [7], sino en nosotros, los miembros, al provenir aquélla de los pecados y de los desórdenes que impiden u obstaculizan la irradiación de esa santidad, de esa unidad. [8]
El Señor nos reformula la pregunta, en este Año de la Fe, también a nosotros, como lo hizo con Pedro: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” (Mc 8, 27-29). Si pedimos la fuerza para responder, como Pedro: «Tú eres el Cristo» dispongámonos también para llevar esa fe a la práctica, pues esa “confesión” exige actos concretos, como señala el apóstol Santiago: «Yo con mis obras, te mostraré la fe» (St. 2,18). Se trata de asimilar más y más la relación de fe y obras, de discernir lo que el Señor quiere cuando “espera” de nosotros, un “testimonio evangelizador” para los demás, los que se sienten alejados, desalentados, sin razones de creer o de esperar, los que se sienten abandonados. Viendo la fe que se hace amor, ellos verán -decía- la “novedad” real de la obra redentora de Cristo (Cf. 2Cor 5,17), y esto con plena conciencia de la soberanía de Dios, quien, a Él solo, le corresponde la iniciativa misericordiosa (cf. 2Cor 5,18-20; Col 1,20-22). Sólo Cristo es “el salvador de su cuerpo” (Ef 5,23) y por consiguiente de cada uno de nosotros. ¿Y nuestra parte, dónde está?. Somos administradores, servidores reconciliados. La paz nos la da Cristo (cf. Ef 2,14), puede ser la ocasión de “degustar” más el Padrenuestro: “venga a nosotros tu Reino…. Hágase tu voluntad”.
Con María, la Madre, puerta de la fe hacia la evangelización, la reconciliación, la perfecta alegría, hasta que el Señor vuelva
Con María Madre de la Iglesia, sintámonos “piedras vivientes” (Cf. 1 P 2, 4-8) del su edificio espiritual, pastoral. La indiferencia no ayuda para nada, y tampoco el fingido distraimiento, el “mirar para otro lado”. La actitud profunda, real, vivida, de servicio, es, en cambio, un elemento fundacional de la identidad de los discípulos de Cristo (Cf. Jn. 13,15-17). No todo va a ser fácil, no transitaremos por caminos alfombrados por pétalos de rosa… ¿Quién sueña eso?. Debiéramos leer y meditar más a San Pablo, por ejemplo cuando nos dice: «Confiados en nuestro Dios, tuvimos la valentía de predicarles el Evangelio de Dios, entre frecuentes luchas» (1 Ts 2,2,). Luchas, existirán. Pero el carácter viviente de la Tradición nos anima, porque nos guía la Iglesia con la asistencia del Espíritu Santo [9]. Seamos dóciles a la enseñanza del Espíritu, sintámonos acompañados por María Santísima, la Nueva Eva, la Madre de la Iglesia [10], Madre del Cuerpo místico de Cristo, a la vez comunidad visible y comunidad espiritual.
María es, en cierto sentido, “Roca” de piedad, de misericordia, imagen perfecta de la Iglesia. Por ello nos lleva a la fidelidad a la Iglesia, a ayudar a construirla, en especial para con quienes más lo necesitan, los que sufren, los más pobres, aquellos que esperan que Dios les muestre (y que quizá, para ello, esperen más de nuestro testimonio) las bienaventuranzas prometidas por Jesús. Pedro es la Roca. El Papa, que ha convocado el Año de la Fe, en tanto el Sucesor de Pedro es llamado por San Buenaventura el “Vicario de la Roca”. En la Biblia, en la hermosa lengua hebrea, la raíz de “roca” es la misma que la de “fe”, “fidelidad”, “verdad”, e incluso “justicia”, no es el momento de detenernos ahora en ello, sólo recordemos que el Amor pide fidelidad, como le pidió Jesús a Pedro, “Vicarius Petrae” (en la expresión bonaventuriana) [11] , como lo prometimos también en tanto comunidad diocesana en la clausura del Año Paulino Jubilar, cuando, antes de concluir la misa, dejamos encendida una llama votiva junto a la imagen de San Pablo.. En esa oportunidad dijimos que uno de los frutos de ese Año Jubilar debía ser la profundización de la «conversión pastoral» de la que habla el Documento de Aparecida, y que esta conversión espiritual comporta, por tanto, dejar de buscarse exclusivamente o principalmente a sí mismo, y, en el decir del Apóstol, «revestirse de Cristo» y entregarse a Él, caminando en una «vida nueva» (Cf Rm 6, 3s). Traigámoslo hoy también al “corazón”, eso es “re-cordar”, la “memoria rencorosa” de nada sirve, al contrario, lo que sirve es la memoria clemente.
Dos grandes testigos, San Pedro y San Pablo nos acompañarán muy de cerca en este Año de la Fe. A ellos les confiamos nuestro Seminario diocesano, que lleva su patronazgo, y les suplicamos también su intercesión, la de la “confesión de fe”, y la del “buen combate”: “He aquí a Pedro, que renueva en los siglos la gran confesión de Cesarea de Filipo; he aquí a Pablo, que desde la cautividad romana deja a Timoteo el testamento más alto de su misión. Repetido ante la Iglesia y ante el mundo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo” (Mt. 16, 16); también, como Pablo, sentimos de poder decir: «He combatido el buen combate, terminé mi carrera, he conservado la fe» (2 Tim. 4, 7)”. [12]
Una última palabra, algo que deseo ardientemente para todos nosotros, en este Año bendito, el que seamos instrumentos de la paz de Cristo (en el espíritu de la “oración simple”, atribuida a San Francisco de Asís), que “nos dejemos reconciliar por Dios”. Es verdad que en este mundo no abunda la piedad (“pietas”) ni la clemencia, y puede que esto también suceda en los ambientes en que nos toca existir. Pero donde haya odio, pongamos amor, donde haya ofensa, pongamos perdón. Hagámoslo creyendo de veras en la  eficacia  de la “novedad” cristiana, creamos, primero, que Jesús “hace nuevas todas las cosas”. Se manifestará nuestro creer si nos disponemos cada día, con la gracia de Cristo,  a “volver a vivir”, “volver a empezar”, aunque hayamos sufrido injuria, detrimento o maleficencia. Más bien, desde la fe, y esperando, incluso  “contra toda humana esperanza” incorporemos de verdad a nuestra existencialidad y nuestra espiritualidad la  exclamación operante de San Pablo: «vivo yo, pero ya no vivo yo, sino que «Cristo vive en mí» (Gal 2, 20)”. Por Él obtuvimos la reconciliación; entonces, “no tenemos derecho” a que la alegría se vaya de nuestros corazones, de nuestras vidas, de nuestras familias, de nuestras comunidades, y esto así, “hasta el tiempo de la restauración de todas las cosas” (Hch 3,21).
Todo pasa tan rápido… Todo se pasa, Dios no se muda, como realística y místicamente decía Santa Teresa de Jesús. Un signo de salud espiritual, del buen fruto de este Año, será el vivir la alegría de la fe, “virtud-puerta”, como la llama Santo Tomás de Aquino; puerta a horizontes infinitos. Vivámosla con María, la Virgen, que deshace toda la complicada tejeduría con la que el maligno puede intentar enredarnos y así, entristecernos y procurar frustrar, en lo particular, nuestra vocación a la santidad.                                                  .
Para ello, seamos “dóciles” (“docilis” es el que se deja enseñar…) Dejémonos, dócilmente, tomar de la mano por María, la creatura más perfecta y la más humilde, la “Virgen poderosa”, Aquélla Mujer, revestida de Sol (Cf Ap 12.1) que “(…) recapitula en sí todas las alegrías; Ella vive la alegría perfecta prometida a la Iglesia” [13]
Feliz y Santo Año de la Fe.
+Oscar, Obispo de Zárate-Campana
8 de octubre de 2012



[1] SAN AGUSTÍN, Sermo 78, 2: PL 38, 490.
[2] Benedicto XVI, Discorso di Sua Santità ai membri dell Istituto Paolo VI, 3 marzo 2007.
[3] Cf CONC. ECUM. VAT. II, Const. dogm. Lumen gentium, 8 y 5.
[4] Cf. CONC. ECUM. VAT. II, Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo Gaudium et spes, 1.
[5] Cf CONC. ECUM. VAT. II, Const. Sacrosanctum Concilium, 5, 6; Cf Id. Lumen gentium, 7, 12, 50.
[6] Cf. CONC. ECUM. VAT. II, Const. dogm. Lumen gentium, 7, 11.
[7] Cf. CONC. ECUM. VATICANO I, Cost. Pastor æternus, cap. 3: DS 3060.
[8] Benedicto XVI, Discorso per la presentazione degli auguri natalizi alla Curia romana, 22 dicembre 2011.
[9] Cf CONC. VATICANO II, Cost. Dei Verbum, n. 8, Cf. CONC. VATICANO I, Cost. Dei Filius, cap. 4: DS 3020.
[10] Cf. CONC. ECUM. VAT. II, Const. dogm. Lumen gentium, 53, 56, 61, 63.
[11] San Buenaventura, Quaet. Disp. De per/. Evang., q. 4, a. 3, de. Quaracchi, V. 1891, p. 195.
[12] Cf Paulo VI, Omelia di Sua Santità nel XV Anniversario dell incoronazione del Papa, Basilica Vaticana, Solenità dei SS Apostoli Pietro e Paolo, 29 giugno 1978.
[13] Paulo VI, Exh. Apost. “Gaudete in Domino”, IV, La gioia nel cuore dei santi.